La pérdida de un diente acarrea una serie de secuelas que van a comprometer la masticación, la salud y la estética de la boca
Si perdemos un diente es muy importante restituirlo cuanto antes ya que, de lo contrario, el desplazamiento de los dientes vecinos hará que perdamos el “hueco” y sean necesarios otros tratamientos previos a la colocación de la prótesis dental, como la ortodoncia. Es decir, tendríamos que recurrir a tratamientos más complejos y costosos.
Tipos de prótesis
Prótesis removibles “De quita y pon”. Más sencillas y económicas.
De resina Apropiadas, sobre todo, como opción temporal, mientras la boca está siendo tratada de otros problemas, antes de pasar a una opción fija.
Esqueléticas (metálicas) Más estables y confortables que las de resina.
Prótesis fijas Más parecidas a los dientes naturales.
Dentosoportadas (“Puente dental”) Los dientes adyacentes a los espacios a reponer funcionan como pilares. Estos dientes deben ser tallados (“limados”) para posteriormente ser recubiertos por coronas (“fundas”) que sujetarán las piezas a reponer (llamadas pónticos).
Implantosoportadas (“Implante dental”) Consisten en la colocación, mediante un procedimiento quirúrgico, de uno o varios implantes dentales. No es necesario tallar los demás dientes y, por tanto, es un tratamiento más conservador, así como lo más parecido a los dientes naturales.
¿Ocurre algo si pierdo un diente y no lo repongo?
La pérdida de un diente trae consigo una serie de secuelas que va a comprometer nuestra masticación, el estado de salud y bienestar de nuestra boca y, por supuesto, la estética de nuestra sonrisa. Si no lo reponemos a tiempo, sufriremos mayor desgaste y sobrecarga en unos dientes que en otros, desplazamiento y separación de dientes, hipersensibilidad y caries, movilidad…
¿Cuál es la mejor opción de prótesis?
La opción adecuada para cada paciente debe ser debidamente estudiada por el dentista, exponiendo en cada caso las indicaciones y limitaciones de cada alternativa.